sábado, 13 de junio de 2009

DESCENDIO TALLERES DE CORDOBA / SU HISTORIA



Talleres de Cordoba jugara la proxima temporada en el TORNEO ARGENTINO A. Esta es su rica historia que lo puso en el marco internacional.




En el barrio inglés, a la vera de las vías, los empleados de los talleres del Ferrocarril Central Córdoba mataban las horas libres pateando una vieja pelota ante la mirada entre asombrada y divertida de los ocasionales espectadores. Entusiasmados por aquel juego, algunos deciden formar un equipo para competir. Nace entonces, casi en silencio y con sencillez, un 12 de octubre de 1913, el Atlético Talleres Central Córdoba. Allí donde se asentaba, la empresa ferroviaria le brinda un gran apoyo económico a la incipiente institución, asociando a todos sus empleados y descontándole el monto de la cuota de sus haberes. De esta manera, Talleres consigue rápidamente dos cosas: en primer lugar el número de socios necesarios para ingresar -el 19 de abril de 1914- en la Federación Cordobesa de Football, por otra parte, el aporte económico prestado por la empresa permite que el nuevo club pueda solventar los gastos inherentes a una competencia de carácter oficial. También el Ferrocarril cede al club, luego de un tiempo, unos terrenos para ser utilizados como campo de juego (hasta entonces, el equipo había utilizado un predio perteneciente a la familia Salvatelli, ya que dos de sus integrantes los hermanos Luis y Horacio, eran socios fundadores y jugadores) para jugar los partidos. El mismo estaba ubicado en la intersección de las calles Patria y Cochabamba, en lo que hoy es el barrio Pueyrredon.


El inicio de la actividad oficial del equipo que entonces defendía los colores morado y blanco está marcado -al principio- por la polémica. En la primera fecha del certamen de 1914, el fixture indicaba que Talleres debía visitar a Belgrano en Alberdi. El encuentro sólo duró 4 minutos, ya que los ferroviarios -en desacuerdo con un gol de los "celestes" que había convalidado el árbitro- se retiraron del encuentro para, algunos días más tarde, renunciar a la Liga. Al año siguiente, el club del barrio ingles vuelve a la entidad rectora y en esa oportunidad, se imponen por sobre sus rivales para alzarse con la competencia de esa temporada. En el campeonato de ese año, Talleres Central Córdoba -que comenzó en esa temporada a utilizar la ya clásica casaca azul y blanca- jugó 5 partidos, ganó 4 y empató uno, convirtiendo 14 goles y sufriendo tan solo 4 caídas de su valla. Era el primer campeonato que jugaba el Club Talleres Central Córdoba y su victoria auguraba un futuro de grandeza. En 1916, los albiazules vuelven a coronarse campeones, superando ampliamente a todos sus rivales. Por ese entonces, contaban con un fuerte apoyo económico por parte de la empresa ferroviaria que les permitía aprovisionarse con facilidad de los elementos necesarios para encarar el campeonato. Pero indudablemente que el factor fundamental para que ese año pudieran los ferroviarios consagrarse, era la calidad de sus jugadores que amalgamaron un equipo temible y poderoso. Pero al año siguiente vuelven a retirarse de la liga debido a incidentes acaecidos en el partido -justamente- con Belgrano. Pero los de barrio Pueyrredón ya habían adquirido una importancia tal que se hacía difícil llevar a cabo un certamen con su ausencia. Es por esto que en 1918 vuelve a ser aceptado, luego de cumplir con una formalidad que a la postre, le daría el nombre definitivo: Club Atlético Talleres.


Comenzó entonces una seguidilla de grandes triunfos para Talleres, que rápidamente se constituyó en uno de los equipos más populares de la ciudad. Los ferroviarios se consagraron campeones en los torneos de los años 1913, 1920, 1921, 1922, 1923 y 1924. Esta seguidilla contó con la participación dentro del campo de hombres como Prax, Salvatelli, Pieri, Pimentel y Bustos. Los albiazules ganaron 8, empataron 1 y perdieron 1, conquistando 27 goles. El goleador de ese equipo fue Horacio Salvatelli quién logró 8 tantos. Junto al desarrollo deportivo, también se produce un crecimiento en el aspecto institucional del club, abandona la primitiva sede de calle David Luque para mudarse a un emplazamiento mucho más céntrico, ubicado en la 1ª cuadra de la calle Salta. Con los años, el asentamiento albiazul se fijaría en la Av. Richieri, a pocos metros del estadio y finalmente llegaría al inmueble que ocupa en la actualidad sito en calle Rosario de Santa Fe 11. A pesar de esto, la década subsiguiente no sería del todo positiva en lo que a títulos respecta, ya que los albiazules deberían aguardar 10 años para poder volver a dar una vuelta olímpica. El 29 de mayo de 1931 se puso la piedra fundamental de lo que sería la cristalización de un sueño largamente añorado: La construcción del nuevo estadio, que se llevó a cabo en un predio donado por Francisco Espinosa Amespil. El coliseo -realizado en base al proyecto ideado por dos renombrados ingenieros civiles de nuestro medio: S. Allende Posse y Agenor Villagra, fue inaugurado el 12 de octubre de ese mismo año, con un encuentro amistoso con Rambla Junior's de Montevideo. Contaba en ese entonces con una capacidad para 5 mil personas, con el tiempo se fueron ampliando sus comodidades hasta llegar a las aproximadamente 17 mil localidades actuales. Los primeros 11 jugadores de Talleres que pisaron la flamante gramilla fueron: Paolucci, Bertolino, Landolf, Ortiz, Aquirre, Freytes, M. Salvatelli, Albarracín, H. Salvatelli, Cufres y Sánchez.


En 1923 Talleres logró hacer trascender su juego más allá de los límites nacionales. Fue en ocasión de una gira realizada por Chile, donde el equipo cordobés disputó cuatro partidos, con tres victorias y una derrota.El 13 de setiembre de 1923, el plantel arribó a Santiago en tren y a la mañana siguiente entrenó. Por la tarde recorrió la ciudad y a la noche asistió a una velada boxística en su honor, en la que combatieron el campeón medio liviano chileno, Zenón Hidalgo, con el retador Aquiles Marchant. La nota de color la dio el escritor Juan Filloy, presidente de la delegación, quien volvió a exhibir su afán deportivo al oficiar de árbitro en el semifondo entre Abelardo Soto y Juan Vega, que finalizó cuando Filloy decretó la victoria del primero por nocaut."Al retirarse del ring, el señor Filloy recibió del público una salva general de aplausos que fue contestada con hurras por los jugadores cordobeses", publicó al día siguiente el diario La Unión.La presentación de Talleres fue todo un acontecimiento social para Valparaíso. Cerca de cinco mil personas acudieron a la cita, en el field de Ferroviarios, para ver en acción al combinado local y el conjunto de barrio Jardín. Los asientos de honor fueron ocupados por el alcalde de la ciudad, Carlos Rodríguez Alfaro, y la plana mayor de la Asociación Chilena de Fútbol. "Con agrado debemos dejar constancia de la presencia de numerosas familias y damas de nuestra sociedad, mostrando éstas mucho entusiasmo y atención por el match", escribió El Mercurio.


En 1944, con motivo del festejo del 31er aniversario albiazul, se programó, en el estadio de barrio Jardín, un encuentro con los "xeneizes" de la rivera porteña, que contaba entre sus figuras a uno de los máximos goleadores de la época y uno de los jugadores más trascendentes de la historia de nuestro fútbol: Mario Boyé, "el atómico", en esa oportunidad, Talleres se impuso a Boca Junior's por 7 tantos contra 1. Tres años más tarde, los xeneises volverían a nuestra ciudad para enfrentar nuevamente a los albiazules: Talleres apabulló a su rival imponiéndose por 4 goles a 1.


En 1934, Talleres vuelve a festejar un campeonato, para luego adjudicarse los del '38, '39, '41, '44, '45 y '48. Se inicia entonces una época en que los albiazules van, poco a poco, transformándose en una de las escuadras más poderosas de la provincia, trascendiendo su nombre a los ámbitos nacionales. Después de la campaña de 1949, Talleres sigue creciendo conquistando temporada a temporada nuevos lauros para sus ya atiborradas vitrinas de éxitos. Se suman los torneos de '51, '53, '57, '58, '60, '63 y '69. Año tras año, campeonato tras campeonato, la fama del fútbol de Córdoba y con ella la de Talleres como uno de sus principales abanderados, fue creciendo hasta transformarse en un referente obligado de la actividad a nivel nacional, gracias a la trascendencia de jugadores como: Atilio Willington, Amable López, Mendoza, Belluci, Gambino, Andrés Kasparian, "Cacho" Taborda y la "Wanora" Romero, entre otros tantos. En 1968, la AFA produce una apertura federalista al crear los campeonatos nacionales, en el '69, el representante cordobés que midió fuerzas con escuadras de la yalla de Lanus, Unión de Santa Fe, Huracán, Boca Junior's, River Plate, San Lorenzo, Estudiantes de la Plata, Independiente, Racing Club y Velez Sársfielf, fue Talleres, pero la importancia radicó en la experiencia que comenzaba a acumular una institución que se convertiría -con el paso de los años y la competencia- en uno de los grandes protagonistas de este tipo de eventos.


En 1974 se producen dos hechos más que significativos para la historia de Talleres. En primer lugar, Amadeo Nuccetelli accede a la presidencia albiazul. Como primera medida, Nuccetelli viaja a Bs. As. para ponerse en contacto con Ángel Labruna, quien por esos días estaba en conversaciones con River Plate. Finalmente, la puja es ganada por el presidente cordobés que vuelve a esta ciudad con el exitoso entrenador. Porque don Ángel revoluciona a Talleres y al fútbol cordobés todo. Los albiazules salen segundos en el torneo Clasificación y se imponen en el Zonal, para luego consagrarse campeones de Córdoba al vencer en la final a Belgrano por dos a cero (con aquel antológico y definitorio golazo de Daniel Willinton). Los albiazules se clasifican para el nacional de ese año, clasificándose en el primer lugar de su zona y ubicándose cuarto en la tabla final, tras haber jugado 25 partidos, de los que ganó 13, empató 6 y perdió 6, convirtiendo 35 goles y recibiendo 22. En aquel equipo, que hizo que la prensa deportiva de todo el país mirara hacia Córdoba, jugaban -entre otros- Quiroga, Comelles, Galvan, Artico, Ocaño, Ludueña, Rivadero, Taborda, Bravo, Boccanelli y Willington. Mas tarde en 1975 llegaría Don Adolfo Pedernera, Talleres vuelve a adueñarse de la competencia local y vuelve a afrontar un certamen nacional. En esta ocasión los albiazules vuelven a ganar su zona junto a Temperley y en la clasificación final (que fue encabezada por River Plate), se colocó en la 6ª posición


En 1976 llegó Rubén Bravo para seguir acuñando la gran ilusión albiazul. Por esa época, el equipo de barrio Jardín parecía no tener rivales en la competencia local, ya que en este año arrazó con los dos campeonatos cordobeses. En total, en ambos torneos Talleres jugó 27 partidos, ganó 24, empató 1 y perdió solo 2, convirtiendo 82 goles y sufriendo sólo 18. Ya en el campeonato nacional, Talleres se adjudica la Zona "D" junto a Unión, a quién luego supera fácilmente en cuartos de final por 4 a 0. Ya en semifinalistas, los albiazules no pueden imponer condiciones frente a River Plate que los supera -en la Bombonera- 1 a 0. Talleres se apresta a vivir la hora más gloriosa de su historia (aunque tal vez la mas triste también). En los torneos de la Liga fue el mismo monólogo, ya que los albiazules ganaron ambos campeonatos en forma invicta. Y en el nacional, se confirma todo lo demostrado en las campañas anteriores. El país futbolístico mira hacia Córdoba y el color azul y blanco se transforma en bandera de buén juego. Los cordobeses se adjudican su Zona y superan a Newell's en las semifinales. En la 1ª final frente a Independiente en Avellaneda, Talleres iguala 1 a 1. En la 2ª final luego de ir ganando 2 a 1 cuando tan solo faltaban 7' para el final, los rojos consiguen la igualdad a través de Bochini -de acuerdo a la reglamentación de la época, que sostenía que en el caso de igualdad de puntos y goles, el tanto de visitante valía doble- Independiente se lleva el título. El equipo base en esa temporada estaba compuesto por Guibaudo, Astudillo, Galván, Binello, Ocaño, Reinaldi, Ludueña, Valencia, Bocanelli, Bravo y Cherini. También formaban parte de este plantel Bordón, Syeyguil, Quiroga, Oviedo y Alderete.

Entre 1975 y 1979, Talleres alcanza su máximo esplendor, trasendiendó su fama los límites nacionales. Es por esto que -además de encarar numerosos partidos amistosos con diversos equipos de todo el país- se emprendieron giras por los puntos más recónditos del planeta, porque además de visitar países vecinos, la bandera azul y blanca llega a flamear en Turquía, Grecia, El Zaire, Guatemala, El Salvador y España. Talleres entre el 24 de enero de 1975 y el 7 de noviembre de 1979 juega un total de 37 partidos amistosos de carácter internacional, de los cuales gana 13, empata 11 y pierde 13.

La pretemporada albiazul de 1976 comenzó en un escenario insólito: el Zaire, ex colonia belga ubicada en el centro de Africa, que dos años antes había conseguido el título continental.En esa geografía desconocida -varios de sus integrantes sólo tenían referencia que su selección había participado en el Mundial de Alemania '74- Talleres salió victorioso en un cuadrangular amistoso contra dos equipo locales (el AS Vita y el Mana) y otro club argentino (Temperley).La Voix du Zaire publicó en su edición del 2 de febrero de 1976: "Dotados de una técnica remarcable, los argentinos brindaron una exhibición de alto vuelo futbolístico. Después de la visita del Santos de Pelé, nunca habíamos visto tan buen fútbol como con Talleres".Minutos antes de que el plantel de Talleres se embarcarse en el aeropuerto Ndjili de Kinshasa (capital de Zaire) con destino a Buenos Aires, Ntukani Nzuzi Musenda, jefe de deportes del diario Elima, pidió hablar con Luis Ludueña. Traductor de por medio, el periodista africano imploró: "Dígale al hombre de los cabellos negros y largos que él es el Dios del Fútbol, que nos ha deslumbrado tanto como Pelé. Dígale, le repito, que él es el Dios del Fútbol". La reacción del volante albiazul fue de asombro y devolvió la pregunta con otra interrogación: ¿Qué yo soy Dios?..., por favor, ni de Diablo me he recibido"


El gran prestigio alcanzado por el fútbol del interior, en gran parte gracias a las actuaciones de Talleres en campeonatos nacionales, la AFA produce una apertura hacia el federalismo a trevés de polémica Resolución 1.309. De este modo los albiazules acceden -en 1980- al campeonato metropolitano. En esa 1ª oportunidad los cordobeses alcanzan la 3ª ubicación, después de River Plate y Argentinos Juniors. A partir de entonces, la situación económica y deportiva del club comenzó a decrecer. Por otra parte la producción del equipo dentro del campo de juego no invitaba al publico albiazul a la cancha. El momento de mayor esplendor había quedado atrás y la pendiente se iba haciendo cada vez más pronunciada. Sin embargo, la cantera futbolística de Talleres seguían produciendo valores que alcanzarían con el paso del tiempo trascendencia nacional, vale recordar los nombres de Ángel Guillermo Hoyos (Boca y selección Juvenil), Ángel David Comizzo (River y Selección Nacional), José Luis Cucchiuffo (Vélez, Boca y Selección Nacional), Carlos Bustos y José Albornoz (River) y Raúl Peralta (Dep. Español y Pre selección Juvenil).


Con un equipo de brillo recortado pero de perfil batallador y voluntarioso, Talleres superó 3 a 1 en la final por el octogonal al elenco de Alta Córdoba, de la mano de su hijo dilecto: Daniel Willington, que con su labor como entrenador le daba el broche de oro al proyecto comandado en un principio por Salvador Ragussa y continuado por José Manuel Ramos Delgado.Ya en Primera División pronto se comprendió que ese Talleres nada tenía que ver con el conjunto consagrado campeón del Octogonal. Más bien se parecía a una mala copia de su antecesor.Nadie pudo impedir el regreso al torneo sabatino. Inclusive, con más anticipación de lo sospechado, es decir a cinco fechas del final del campeonato cuando, un 21 de Mayo de 1995, los albiazules cayeron derrotados por Independiente por 3 a 1. Aunque la despedida la formalizó con un tibio empate sin goles registrado en Córdoba ante Banfield, el 25 de Junio de 1995.


Un 11 de Mayo de 1996 en una tarde-noche tucumana Talleres consiguió una victoria histórica al superar a San Martin por 2 a 1 con goles de Diego Garay y Victor Delgado. Así la institución de barrio Jardín se alzaba con su primer título afista desde que en 1969 comenzó a intervenir en los campeonatos nacionales.Pero para lograr el ascenso Talleres tenía un compromiso muy duro por delante. Lo esperaba el campeón del torneo Apertura, Huracán de Corrientes para dirimir el pasaje directo a Primera División. El primer encuentro se disputó el sábado 25 de Mayo de 1996 en Corrientes. Talleres consiguió un empate agónico alcanzado a los 47 del segundo tiempo mediante un tiro libre de Clementz. La definición terminó en 4 a 1 para los correntinos logrando el primer ascenso a la máxima categoría.Talleres ahora debía enfrentar a Unión de Santa Fé para el segundo ascenso. Pero aquí Talleres se encontró con un gran equipo que tras vencerlo por el mismo resultado en los dos partidos (3-1) terminó siendo el conjunto que acompaño a los correntinos a Primera División. En consecuencia, Talleres se quedó sin nada: de haber tenido el menú casi servido, terminó con los pies afuera del plato.


Todo comenzó un 28 de Junio de 1998 cuando Talleres lograba un empate en Tucumán y se clasificaba para la final, por el otro lado Belgrano conseguía un empate agónico en los minutos finales y por diferencia de gol también clasificaba a jugarlo.El primer encuentro se realizó el miércoles 1 de Julio de 1998 con aproximadamente 35.000 almas que coparon el estadio. En un cotejo de ese tipo sólo podía desnivelar el peso de alguna individualidad. Y así fue como sucedió cuando el tucumano Zelaya apareció en el momento justo para sacar provecho de una distracción defensiva del rival luego de una excelente jugada iniciada por Astudillo, continuada por Albornoz y finiquitad apor el "Cachi". Gol y a cobrar; a seis minutos del epílogo poco podía hacer su adversario para alcanzar el empate.

Por eso se festejó como la última vez.El partido decisivo se disputó el domingo 5 de Julio. El primer tiempo finalizó con el marcador en blanco, auqnue los dirigidos por Gareca se fueron más conformes por su producción que su rival.A nueve minutos del complemento, le quedó servida en el área una pelota a Albornoz para que éste solo tuviera que empujarla al fondo del arco. Uno a cero y la mitad del estadio que estalla para quedar envuelta en el delirio: todos se abrazan, se saludan y dejan arrastrarse por la pasión.Más tarde, Talelres convertido en absoluto dominador delp artido, se pierde cuanta ocasión se cruza en su camino: una, otra y otra. De pronto Belgrano se recupera y empata con gol de Carnero, para luego imponerse en el minuto final con un tiro libre de Sosa.

Furia, desazón y los fantasmas de siempre, se dan cita para decretar el silencio de medio estadio sumido en la confusión. Todos se agarran la cabeza, otros miran si ver, mientras los menos empiezan a emprender por anticipado su retiro del estadio, empujados por escepticismo. Como estaban las cosas todo hacía presagiar lo peor. Sin embargo, el equipo echó mano a su personalidad para sobreponerse a la situación. Pudo conservar la frialdad y la concentración necesaria para sortear los treinta minutos suplementarios, para después asumir los penales con hidalguía. Con la angustia lógica, pero seguros de lo que pretendían.Abre la serie Belgrano mediante un Carnero que convierte, lo imita Lillo y después Sosa. Marra el suyo Clementz, y el celeste pasa a ganar 2 a 1.

Los hinchas se devoran las uñasy sufren como nunca.Pero el tanteador vuelve a emparejarse porque Cuenca, en estupenda acción, le detiene los tiros a Alarcón y Manrique, en tanto que Astudillo desvía el suyo, pero Díaz enmienda la falla establenciendo el 2 a 2. El pueblo albiazul es un sólo grito, y la esperanza vuelve a renacer.Artime y Villareal también cumplen. Ahora están 3 a 3 y el estadio envuelto en un silencio lascerante, que cala los huesos y anuda la garganta. Viene Binetti para Belgrano, y estrella su remate contra el travesaño. Otra vez el delirio albiazul; otra vez los hinchas echan a volar su fantasía. Talleres está a su escalón del ascenso y todo depende de Roberto Oste, un ex "pirata".Entonces se acomodó, tomó carrera, y quizá por su mente se cruzó la imagen del penal que le contuvieron un año atrás en la final por otro ascenso contra los salteños. Pero si eso pensó lo disimuló muy bien porque al momento de impactar al balón, lo colocó con precisión muy cerca del palo derecho del arquero. Inatajable.Era el 4 a 3, era el triunfo, era un nuevo título en la AFA, era el ascenso. Era el segundo retorno de Talleres a Primera División. Era el alama que volvía al cuerpo. Era la vida.


El 8 de Diciembre de 1999 Talleres se consagra campeón de la Copa Conmebol derrotando al Sportivo Alaogano por 3 a 0 en Córdoba.El torneo para el albiazul comenzó el 13 de Octubre del mismo año en Bolivia ante Independiente Petrolero con un muy mal arranque cayendo derrotado por 4 a 1 pero el 20 de Octubre 11 leones lograron derrotar 3 a 0 al conjunto boliviano y forzando la definición por penales en la que se impuso la "T" por 5 a 4.En la segunda etapa Talleres enfrentaba al Paraná Clube de Brasil. El primer encuentro finalizó 1 a 0 a favor de los albiazules en tanto la vuelta en Brasil finalizó en el mismo resultado para los brasileros pero nuevamente en los penales lo gano Talleres por 3 a 1 con gran actuación de Mario Cuenca.Ya llegaron las semifinales, al frente Deportes Concepción de Chile, el primer partido en Córdoba terminó 2 a 1en tanto en Chile finalizó en un empate por 1 a 1 por lo que se conseguía el boleto a la final.Llegó la etapa decisiva, al frente Sportivo Alaogano de Brasil. La ida fue en Brasil y lo ganaron los locales por 4 a 2, un segundo gol albiazul anotado por Astudillo de gran importancia para la definición final que se dió el 8 de Octubre en el Chateau Carreras repletó de hinchas albiazules. Talleres necesitaba ganar al menos por 2 a 0 para forzar los tiros desde los 12 pasos, resultado que hasta los 90 minutos reglamentarios lograba pero la gente ya estaba cansada de sufrir en los penales hasta que llego un centro de Astudillo a los 92 minutos que finalizó en el cabezazo de Julián Edgardo Maidana, el angel de aquella noche cordobesa en la que se esperaba la "caravana de la carcajada" de la parcialidad celeste. El gol selló el 3 a 0, el gol que decía TALLERES CAMPEÓN, CÓRDOBA CAMPEONA INTERNACIONAL, el gol que hizo llorar a todos los hinchas albiazules de emoción.


Luego de una gran campaña en la temporada 2000-2001 logrando 61 puntos en la tabla general ubicandose cuartos logró el pase a las copas Mercosur y Libertadores.En la Copa Mercosur se logró una buena actuación superando la fase de grupos finalizando primeros con 10 puntos dejando afuera a grandes equipos como Peñarol y Sao Pablo. En cuartos de final se enfrentó a Gremio de Portoalegre obteniendo un empate en 0 en Brasil pero en la vuelta en Córdoba se perdió por 2 a 0 con tantos de Cardoso y Emerson.En la Copa Libertadores el equipo no logró una gran actuación finalizando terceros detras del América de Mexico y River Plate. Tal fue la actuación que solo se logró una victoria, dos empates y tres derrotas pero fue una buena experiencia internacional en la copa más importante del continente.


En la temporada 2001-2002, Talleres hizo la peor campaña de su historia, sumando 30 Pts entre el Apertura (13) y el Clausura (17). Sin embargo le ganó a 1-0 a Boca campeón de América con todas sus figuras (incluído Tévez, que debutó en ese partido). En la temporada 2002-2003, Talleres sumó 44 Pts. y pobre promedio lo obligó a jugar la Promoción contra San Martín de Mza y la ganó (1-0 y 1-0), lo que le permitió quedarse en Primera, al menos por un año más. En la temporada 2003-2004, Talleres se jugaba más que nunca su permanencia en Primera. En el Apertura sólo sumó 24Pts. En el Clausura, Talleres fue el equipo revelación, cosechando 35 Pts.(10 triunfos, 5 empates y 4 derrotas), ganándole incluso 3-2 a River, el equipo campeón. A pesar de haber sumado 59 Pts no pudo evitar jugar la Promoción nuevamente, esta vez ante Argentinos Juniors. Sorpresivamente la “T” cayó 2-1 y 2-1 y perdió la categoría ante un rival al que superaba en la cancha. En Diciembre de 2004, Talleres, luego de numerosas convocatorias de acreedores, quebró, y recién en Noviembre de 2005, se le dio lugar a un gerenciamiento provisorio, el Ateliers S.A. dirigido por Carlos Granero. En Mayo de 2006, Talleres tuvo una inmejorable oportunidad de ascenso: Con tan solo ganarle a Nueva Chicago, se coronaba campeón del Clausura de ese año, y accedía a cuatro oportunidades para el ascenso, la cual incluía jugar una final contra Godoy Cruz en primer lugar. Pero perdió 1-0 y dejó pasar la chance. Actualmente Talleres no pasa por un buen momento. De hecho la campaña realizada en la temporada 2006-2007 es la peor del club en la B Nacional.


Hoy sufrio otro descenso, luego de estar algo mas de 30 años entre las dos categorias mas importantes del pais.


PRODUCCION: Staff Futbolmaniacos.


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