PRIMERA D / CENTRAL BALLESTER

Central Ballester perdió 2 a 1 contra Victoriano Arenas

El Canalla dominó el juego, se descuidó y lo pagó con otra derrotaPor la 2º fecha del Torneo de la Primera D, Central Ballester perdió 2 a 1 contra Victoriano Arenas, en Valentín Alsina. Si bien dominó el balón y el juego más que su rival, el local aprovechó las pocas situaciones que generó y se quedó con la victoria.

Además, cuando maduraba el empate, el debutante Godoy cometió un grave error y le regaló el segundo gol a Victoriano.Obligado a jugar cada partido como una final, Ballester salió decidido a plantear el partido en el terreno del local. Bien plantado en la mitad de la cancha, no dejaba pensar al equipo de la dupla Torino-Colucci.

El Bocha Monzalvo, que arrancó como titular, estaba muy activo y tomaba participación en la generación del juego. A los 4’, Maxi Cabrera se proyectó desde el lateral derecho y sorprendió, rematando desde media distancia.

PRESION Y DE CONTRA...

El equipo estaba compensado y desbordaba por ambas bandas. A los 6’, Barba rompió la línea defensiva, pasó la mitad de la cancha con un solo objetivo: llegar al arco contrario. Y así fue que, pared de por medio, llegó con la pelota dominada al borde del área grande y desde allí remató de derecha por arriba del travesaño.

De a poco, Arenas se acomodó en la mitad de la cancha y equilibró el partido. Sin embargo, ninguno de los dos lastimaba a los arqueros. Hasta que a los 23’, Figueredo empujó la pelota, entrando por el segundo palo, luego de que esta acaricie el travesaño, tras una jugada de lateral en la que Sarmoría remató de primera.

Fue doloroso para el Canalla, que lo sintió el doble de lo normal porque tenía más casilleros completos en el formulario de merecimientos. Lejos de retrasarse en el campo, salió decidido a buscar el empate. A los 30’, Barba hizo lucir a Tichielio, quien tapó un zurdazo de tiro libre, ejecutado desde 30 metros.

EN CAMPO RIVAL

En el complemento, el DT Fernando De Souza apostó al mismo equipo y la idea fue la misma: salir a apretar al rival. Y así fue que sucedió. Fueron 25 minutos jugados íntegramente en el terreno de Arenas, pero a Ballester le faltaba la estocada final.Otra vez Tichielio se puso el traje de “figura” y tapó un nuevo tiro libre.

Esta vez fue a Barraza, que remató al palo del arquero. El 1 tuvo que volver sobre sus pasos porque ya había salido disparado hacia el segundo palo, el de la barrera.El Tanito Tartaglia ingresó por Barraza para darle frescura al medio. Zalazar se recostó por la izquierda, Pacio (debutó) por el medio y el Tano por la derecha; los laterales eran dos mediocampistas más y el Bocha, más suelto arriba, donde lo acompañaban Falbo y Pastrana.

En dos centros, a Bordón (primer marcador central) le faltó olfato de goleador: la pelota le quedó en el borde del área chica y no la pudo empujar. Así se jugaba el partido: en sólo 45 metros, el terreno de Arenas, que cuidaba el triunfo parcial más que una madre a su hijo.Sin embargo, cuando nadie lo esperaba, a los 32’ llegó el segundo gol del local.

Ballester estaba abocado en el ataque y, Arenas fue en busca del balón, que salió rechazado desde el fondo. Los defensores del Canalla retrocedían al trote porque la pelota llegaba sin inconvenientes a los pies de Godoy (arquero), que era tibiamente presionado por Daer. Con tiempo y espacio para rechazar, el 1 eligió la más difícil: salir jugando. Cuando enganchó, el delantero le adivinó la intención, le quitó la pelota y no tuvo más que empujarla al fondo de la red.

EL DEL HONOR

Felman (debut) entró por Pacio y Ezequiel Sosa (debut en Primera) por Barba. El DT resignó un mediocampista central y un defensor por un centrodelantero y un mediocampista por izquierda.Un remate cruzado de Sosa, Felman no lo pudo conectar por el segundo palo. El pibe, atrevido y encarador, ganó otro tiro de esquina y de allí llegó el cabezazo de Felman y el gol del descuento.Los rostros de los jugadores reflejaban sentimientos encontrados: desazón, bronca e impotencia porque, por momentos, hizo un buen partido y sin embargo se quedó sin nada.

Leonardo Mazza