miércoles, 2 de junio de 2010

TORNEO ARGENTINO B/ DOUGLAS CAMPEON Y ASCENSO


Douglas ascendió al Argentino A y desató la fiesta en Pergamino


El equipo rojo y negro que dirige Sergio Lippi le ganó a La Emila de San Nicolás por dos tantos contra uno en un Miguel Morales colmado que vibró, sufrió y gozó en la que seguramente será una tarde inolvidable para todo el pueblo fogonero, que vuelve así a la máxima categoría del Consejo Federal tras varios años en los que finalizó con las manos vacías.


En ese contexto y con esa carga emocional y anímica sobre sus espaldas salieron a jugar los once elegidos ayer por la tarde, ante una multitud que mas allá de la impaciencia que sobrevoló el estadio por momentos, jamás dejó de creer que el milagro del ascenso directo era posible, y que tuvo su reconocimiento merecido hacia el plantel cuando los autores materiales de esta ansiada vuelta olímpica saludaron durante los festejos en cada una de las cuatro esquinas.


Con ese final de película poco importa lo que pasó antes, aunque haciendo un breve análisis desde lo futbolístico es importante señalar que en el primer capítulo el equipo no encontró el camino para lastimar o al menos inquietar a los nicoleños, tal vez producto de la ansiedad y conocedor de su obligación de ir en busca de los tres puntos para mantener la fe intacta.


Sin embargo hay que remarcar que tampoco el visitante se preocupaba por inquietar el arco pergaminense, especulando apenas con alguna contra aislada y aferrándose a un empate que le daba el ascenso que vino a buscar a nuestra ciudad con un conservador 4-4-2 que en varios tramos del partido se transformó en un mezquino 4-5-1, y que claro está, recibió su castigo cuando el dueño de casa pisó el acelerador.


Fue Ferrara el que justamente cambió el ritmo y se metió en diagonal dentro del área para recibir un pase perfecto de Quiroga, amo y señor del juego en ofensiva, y definir fuerte a media altura sobre el achique del arquero Ozafrán, que nada pudo hacer para evitar que se inclinara la balanza y comenzara a gestarse la consagración, aún esperando que Las Parejas como anfitrión de Atenas de Río Cuarto, no lograra ganar su partido, lo que finalmente sucedió.


Pero volviendo al trámite entre Douglas y La Emilia, hay que situarse en la jugada que desató el delirio total, en la que una de las figuras de este plantel a lo largo del certamen, Lucas Defrancesco, tocó corto para recibir la devolución y pisando la zona de peligro remató de zurda para mandar el balón al fondo de la red y hasta el cielo las expectativas del pueblo fogonero, que vio mas cercano que nunca el momento en que el reloj marcara la hora del festejo tan postergado.


Y esa hora llegó despúes de tres, cuatro, cinco minutos que parecieron eternos, interminables, traicioneros y hasta injustos a esa altura para el sentimiento de todo un estadio que esperaba agazapado el pitazo final del árbitro para soltar la locura contenida, observando el abrazo de Mauricio Levato, símbolo y capitán de este grupo con su hermano Diego, otro de los sedientos de gloria que tuvo un equipo plagado de solidaridad, compañerismo y fortaleza tras los pasos en falso.


Segundos despúes,apenas, el dale campeón interminable que por estas horas suena, retumba, y que se quedará a vivir en las calles de Pergamino como el eco de áquel gol de Daniel Castro que lo llevó al Nacional B para llenar grandes páginas del fútbol de ascenso que quedaron inconclusas, y que a partir de este regreso con sabor a revancha quiere volver a escribir.


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